El
sol entra por la montaña
con
una ráfaga de viento
llenando
el cielo azul
con
un centenar de colores.
Como
la mariposa de mil colores,
así la alegría de ver el amanecer
pintando
el celeste cielo,
con
las nubes jugueteando con los rayos.
El
ave canta a la dulce mañana
su
suave tonada de un buen día,
que
escuchan en el campo
con
grata alegría y una delicada sonrisa.
Las
brisa del aurora trae consigo
recuerdos
de tantos momentos
de alegría y melancolía que
quedan
grabados en el corazón...